Esta sociedad tiene un problema. Con todos los ataques que recibe la ciudadanía en derechos básicos, (salud, educación, vivienda, empleo.....) los que salimos a la calle a decir basta somos pocos y divididos en proporción con los que prefieren quedarse en casa.
Concentraciones, manifestaciones,encierros,huelgas, no hay día que no haya alguna y los convocantes también son numerosos. Un ejemplo: la huelga,¿que hacemos el día después?. Un gobierno aguanta 24 horas de paro porque sabe que después no hay nada y al día siguiente desaparece todo rastro de movilizaciones, a veces el mismo día por la tarde.
Ha llegado el momento de que todos los grupos que se mueven y pelean por la justicia nos paremos y pensemos en unirnos ante un plan de batalla, un plan de actuación que les inquiete y les haga moverse de sus asientos.
El poder financiero y político no se sobresalta, no tiene miedo porque nosotros no hemos conseguido que esos que están en sus casas salgan.
Ese es el plan de batalla, conseguir entre todos sacar a la gente a la calle porque el día que esos salgan, el poder cambiará de manos.
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