sábado, 30 de noviembre de 2013

CAMBIEMOS EL MUNDO JUNTOS.




   Un movimiento global recorre el mundo para proteger el Ártico y el derecho a la protesta pacífica. Porque las acciones de Greenpeace son pacíficas y su único objetivo es el de proteger el planeta de las agresiones del ser humano, que con su avaricia está agotando los pocos recursos que le quedan. La respuesta a estas acciones suele ser desproporcionada, como es en este caso, donde 30 activistas han sido encarcelados injustamente.
    O la nueva ley de seguridad ciudadana, que pretende recortar la libertad de manifestarse pacíficamente, única arma que disponemos para denunciar los abusos que se cometen contra la naturaleza. Cuando se tiene razón, lo único que pueden hacer en tu contra es callarte la boca, pero Greenpeace no se calla y denuncia el abuso de esta ley en voz alta.




   La protesta pacífica molesta, porque es contraria a los oscuros intereses de los gobiernos y las multinacionales, por eso nos ven como una amenaza e intentan callar nuestra voz, deteniendo activistas y creando leyes restrictivas.
   La verdadera amenaza para el Ártico no proviene de Greenpeace, sino de las compañías petrolíferas que quieren expoliar su riqueza. A esos deberían detener las autoridades  para preservar su patrimonio y el de todos.

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